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martes, 3 de marzo de 2009

¿Murió Jesús en la Cruz?


Aquí de vuelta... Les adelanto que mi próximo posteo será muy polémico. Me encuentro actualmente revisando más datos para entregar un recuento histórico que bien puede llevar a la controversia. Debo aclarar desde ya, que yo soy Cristiano, creo en Dios y en Jesús a quien admiro completamente. Y lo que escriba, no tiene por objeto deslegitimizar el hecho que Jesús sea el ser más maravilloso que habitó alguna vez en la tierra.

Pero siempre me he preguntado, el porqué nuestro Dios debía morir en una cruz, si esa muerte era maldita según la propia Biblia; y además me parecía que si bien se asume que él murió para redimirnos de nuestro pecado, los vacíos de evidencias concretas hacen que más de uno piense que hay algo muy raro en todo lo relacionado a Jesús y su muerte sobre la cruz.

Antes de ver el tema netamente de la muerte de Jesús en la cruz, iré describiendo todos los pasos previos, basado en la biblia y datos sacados no sólo del Internet sino de conversaciones con sacerdotes judíos católicos y un estudioso de la materia.
Ojo este posteo todavía no está concluido.

ESTADO FÍSICO DE JESÚS
Según consignan todos los evangelios, Jesús realizaba todos sus viajes a pie a través de la Palestina. En este sentido, es razonable suponer que Jesús gozaba de buen estado de salud antes de su caminata al Getsemaní. Sin embargo, durante las 12 horas entre las 9 pm del jueves y las 9 am del viernes, Cristo sufrió una enorme tensión emocional (como evidencia la hematidrosis), abandono de sus más cercanos amigos (12 apóstoles) y el castigo físico (luego del primer juicio judío).

Además de esto, en el escenario de una noche traumática y desvelada, él había sido obligado a caminar más de 4 kilómetros de uno a otro local donde se celebraron los juicios. Estos factores físicos y emocionales podrían haber dejado a Jesús particularmente vulnerable a los efectos adversos y hemodinámicos de la flagelación.

LA FLAGELACIÓN

Era un preliminar legal para toda ejecución romana, y solo las mujeres, los senadores romanos y los soldados (con excepción de casos de deserción) estaban exentos. El instrumento usual era un azote corto (flagrum o flagellum) con varias tiras de cuero sencillas o entrelazadas, de diferente longitud, en las cuales se ataban pequeñas bolas de hierro o trocitos de huesos de ovejas a varios intervalos.


También se utilizaban barrotes. Para la flagelación, el hombre era desnudado, y sus manos eran atadas a un poste. Las espaldas, nalgas y piernas eran azotadas, bien sea por dos soldados o por uno que alternaba la posición.

La severidad de los golpes dependía de la disposición de los verdugos, cuyo objetivo era debilitar a la víctima a un estado próximo al colapso o la muerte. La cantidad de sangre perdida podía muy bien determinar cuánto tiempo sobreviviría la víctima en la cruz. Después de la flagelación, los soldados solían burlarse de sus víctimas.

A TENER EN CUENTA

Una traducción reciente del antiguo texto griego indica que la flagelación de Jesús fue particularmente fuerte.
La flagelación severa, con su intenso dolor y apreciable pérdida de sangre, probablemente dejaron a Jesús en un estado casi de shock. Más aun, la hermatidrosis había dejado su piel muy sensible. El abuso físico y mental descargado por los judíos y los romanos, así como la falta de alimentos, agua y descanso, también contribuyeron a su estado general de debilidad. Por tanto, aún antes de la crucifixión, la condición física de Jesús era por lo menos seria si no crítica.

DATOS HISTÓRICOS DE LA CRUCIFIXIÓN

La crucifixión probablemente comenzó entre los persas. Alejandro el Grande introdujo la práctica en Egipto y Cartagena, y los romanos la aprendieron de los cartaginenses. A pesar de que los romanos no inventaron la crucifixión, la perfeccionaron como forma de castigo y tortura diseñada para producir una muerte lenta con máximo dolor y sufrimiento. Fue uno de los métodos de ejecución más crueles y degradantes, y se reservaba únicamente para esclavos, extranjeros, revolucionarios y los más viles criminales. La ley romana usualmente protegía a los ciudadanos romanos de la ejecución, con excepción de los soldados desertores.

En su forma inicial en Persia, la víctima era atada a un árbol o a un poste, usualmente para evitar que sus pies tocaran tierra santa. Luego se comenzó a usar una verdadera cruz. Esta se caracterizaba por un poste (estípite) y un travesaño (patíbulum), y tenía algunas variaciones. A pesar de que las evidencias arqueológicas e históricas indican fuertemente que la cruz baja tipo Tau era preferida por los romanos en la Palestina en el tiempo de Jesús, las prácticas de crucifixión variaban frecuentemente en una región geológica particular y de acuerdo con la imaginación de los verdugos, y la cruz Latina y otras formas pudieron haber sido usadas.

MARTIRIO AL ESTILO ROMANO

Los romanos, obligaban al condenado a cargar su propia cruz desde el poste de flagelación al lugar de la crucifixión fuera de los muros de la ciudad. El sentenciado iba desnudo, a menos que fuera prohibido por las costumbres locales. Debido a que la cruz pesaba más de 300 libras (136 kilos), sólo se llevaba el travesaño. El patíbulum, pesaba entre 75 y 125 libras (34 a 57 kilos), y era colocado sobre la nuca de la víctima y se balanceaba sobre sus dos hombros. 

Se ataban los brazos extendidos al travesaño. La procesión al lugar de la crucifixión era precedida por una guardia romana completa, comandada por un centurión. Uno de los soldados cargaba un letrero (titulus) en el cual se exhibía el nombre y el crimen del condenado. Luego el titulus era colocado sobre la cruz. La guardia romana no dejaba a la víctima, hasta estar segura de su muerte.