Claudio Pizarro debe aparecer ante Chile (Foto: RPP).
Mañana se vivirá una nueva versión del Clásico del Pacífico. La selección nacional se juega su última carta para tentar con los pies sobre la tierra, pelear por un cupo al próximo Mundial Brasil 2014. La blanquirroja llega a este cotejo bastante disminuida. La ausencia por suspensión del goleador Paolo Guerrero, y las de Carlos Zambrano y Juan Vargas por lesión, han mermado en gran manera el poderío de nuestra escuadra.
La no presencia del "Depredador"
es lo que más resta en el once nacional, y es que su sola presencia genera
respeto en los contrarios. En lo personal lo considero el único delantero de
nuestros colores capaz de vulnerar la valla de cualquier rival que se tenga
enfrente.
El gran momento de Paolo con la casaquilla
del Corinthians, lo hace indispensable, pero lamentablemente no estará. Ante
ello Jefferson Farfán y Claudio Pizarro, están encargados de cargar con la
responsabilidad del gol. Pero sólo la "Foquita" viene con ritmo de
competencia. Aquí debemos hacer hincapié en que casi la totalidad de los
jugadores llamados a ser los titulares, no llegan en el mejor de sus
momentos.
Pero en Sergio Markarián, es
habitual el jugar con nombres y no hombres, cuando se avecina un tope
clasificatorio. También se ha hecho mala costumbre que se empecine a llamar a
elementos que de antemano se sabe llegan lesionados. Se les hace viajar, se
gasta dinero en traerlos, sólo para confirmar que no jugarán por la selección.
Esto ya parece absurdo, y comienza a molestar.
Se va a enfrentar a Chile, equipo que
cuenta con grandes individualidades sobre el papel, mas en la praxis es tan
igual de irregular que Perú cuando se le analiza por su desempeño en función de
equipo. Pero si se revisa su plantilla se verá que posee futbolistas de gran
nivel. Bastaría sólo con mencionar a Alexis Sánchez (Barcelona, España).
Aun así, el elenco mapochino sinceramente no da para alarmarse. No gana desde hace
cuatro fechas, y en el banco estrenan a Jorge Sampaoli que en común con Marcelo
Bielsa sólo tiene que es argentino. La prensa chilena especula con un cuadro
peruano conservador que sólo contragolpearía, pues tienen el concepto de que
Markarián es defensivo, aunque ellos prefieren el término "ratonero".
Es mejor que se confíen en demasía, porque
aunque no tengamos un equipazo, poseemos también jugadores con un gran desdoble
en el mediocampo. Precisamente pensando en Perú, sería interesante especular
con el equipo que salga al campo este viernes en el Nacional. Por lo observado
en la Videna, Raúl Fernández iría al arco.
El ex meta de la U, tampoco llega en buen
momento. El tema arquero es preocupante, de todos los convocados el que mejor
llega es Diego Penny -jugando la Copa Libertadores-, pero él tan igual que
Fernández (Dallas, USA) no termina de convencer.
La defensa ha perdido mucho sin Zambrano
-Sampaoli se arriesgaría a poner un hombre más en punta-, pues su buen juego en
ambas áreas lo hacen un jugador completo. La zaga será liderada por Alberto Rodríguez acompañado
de Christian Ramos. Por las puntas Yoshimar Yotún iría por la izquierda, y
Roberto Guizasola por derecha .
En la volante, la primera línea no tiene
alguien que sea un verdadero "cancerbero" como por
ejemplo el uruguayo Jorge Cazulo del Cristal Imaginamos que el
"Mago" apostará por Carlos Lobatón -no es un 6- y por
Rinaldo Cruzado -más 8 que 6- para la volante de marca.
Para la elaboración de fútbol tiene a Luis
Ramírez quien podría ser acompañado de André Carrillo (algo más adelantado).
Arriba estarían Jefferson Farfán en punta derecha -por fuera- y por dentro
Claudio Pizarro. Aunque "Pizza" habitualmente se retrasa, haciendo
labor de enganche.
De nuestra oncena, lo más rescatable está
de tres cuartos de cancha para adelante. Hay que sacar provecho del buen manejo
del balón que tiene "Cachito" Ramírez, quien esperemos que esté
fino y con ganas de jugar. Cruzado tiene buen remate de larga distancia. La
velocidad de Farfán en ataque es de lo mejor que tenemos. Pizarro es intermitente,
no es de los que dejan la piel en cada jugada. No tiene tatuado el gol en la
piel. Es el capitán, pero citando un ejemplo cercano no es un Radamel Falcao,
alguien que antes de la llegada de José Pekerman a la selección Colombia, solía
ser una buena copia del atacante del Bayern.
Aquí quisiera indicar, que el sentir de la
gente, del hincha de a pie, es que juegue Yordy Reyna. El joven atacante
aliancista ya se ganó el corazón del pueblo. Pero hay que llevarlo con cuidado.
De lo que no tengo dudas, es de que tendrá su oportunidad de jugar siempre y
cuando las cosas no nos estén siendo favorables. Imaginemos que vamos por los
20 minutos de la etapa final abajo en el marcador o igualados. La gente pedirá
a gritos a Yordy. De solo verlo hacer el trabajo pre competitivo, la gente se
volverá loca. Sino entra y perdemos, Markarían puede ir haciendo sus maletas
rumbo a Uruguay. Así es el fútbol.
Chile y sus armas
Del rival preocupa la solidez que tiene el
arco con el experimentado Claudio Bravo, y la velocidad que imprimen sus
volantes. En la defensa estará Marcos Gonzáles, un central de casi 1.90 metros,
llamado a marcar a Pizarro en los tiros de esquina. A su
lado estará José Rojas. Eugenio
Mena (Gonzalo Jara), de rápida salida sería el lateral izquierdo, y Mauricio Isla cubriría el bando derecho.
En el mediocampo, Gary Medel pasaría a la mitad de la cancha, en lugar de Rodrigo Millar; completan la volante Carlos Carmona, y Charles Aránguiz, de gran presente en la U de Chile. Finalmente, en el ataque, estará un tridente de mucho respeto: Jean Beausejour, Alexis Sánchez -no es 9- y Eduardo Vargas. Pese a que los rotos tendrán grandes bajas como la de Arturo Vidal, Humberto Suazo, y el "Mati" Fernández; aun con eso siguen siendo un equipo para tomar en serio.
Pienso que la actualidad de ambas
escuadras no da para la ilusión, empero cuanto menos se espera de Perú es
cuando más se recibe. Yo creo que Perú no pierde pero no me siento tan seguro
de que gane. De empatar o caer, estaremos ya oficialmente eliminados. No habrá
lugar para las matemáticas. Confiemos en poder celebrar un triunfo de la roja y
blanca.