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lunes, 24 de febrero de 2014

Juan Pablo II en el recuerdo





El Sumo Pontífice en febrero de 1985 cumplió su primera visita al Perú (Foto: Perú 21). 

Karol  Wojtyla, el recordado Papa Juan Pablo II, es en mi concepto  la única persona representante de la Iglesia Católica, que  merece todo el respeto del mundo por lo que significó su obra y dos visitas a nuestro país (1985 y 1988). Una fría mañana de mayo de 1988 -siendo muy niño-, pude verlo pasar por el Centro de Lima... no me costó un solo sol observarlo a escasos 5 metros quizás menos. Jamás olvidaré ese momento. 

Aún hoy recuerdo la emoción -junto a mis hermanas madre y abuelita-, que me embargó mientras desde el monumento a Francisco Pizarro (que ya no está felizmente) vi pasar su Papa móvil, levantando su mano diestra saludando a miles de personas, que se congregaron para verlo de cerca. La hora sino me equivoco bordeaba las 8 am.

Ya no soy católico y mis motivos tienen base propia. Pero la persona y obra del eterno Papa Peregrino memorable. Su nobleza y humildad lo son aun más. Basta recordar su lema en latín en honor a la Virgen María: "Tottus Tus": "Todo tuyo". Cuando un viernes 1 de febrero de 1985, el avión Luigi Pirandello arribó al Gupo Aéreo del Callao, se marcó un hecho histórico en la historia de nuestro país. Esos instantes son y serán imborrables. 

"El Perú no solo está conmigo... el Perú camina conmigo", (sic) Juan Pablo II. 



lunes, 10 de febrero de 2014

Chile nuestro eterno país "hermano"

Tropas chilenas en Arica junto a cañones peruanos.

Aún hay millones de peruanos que ignoran que perdimos la guerra ante Chile, no solo por la traición de verdaderos infelices como Nicolás de Piérola, o Miguel Iglesias; sino también porque el grueso de la sociedad peruana de ese entonces se dedicó a una bonanza absurda, desoyendo la advertencia del gran Mariscal Ramón Castilla -si Chile compra un barco, el Perú debe comprar dos- para literalmente licenciar a nuestra Marina y Ejército. Mientras el gobierno chileno por lo bajo, ya negociaba con Inglaterra las armas y buques con los que nos dieron una verdadera paliza. 

Aunque si juzgamos el tiempo prolongado de la confrontación, podemos convenir que les salió también caro el capricho de quitarnos territorio -lo único real que ganaron- y el guano y salitre que posteriormente usufructuaron los ingleses. Cuando en 1982 estalló la infausta Guerra de Las Malvinas, el gobierno chileno debió devolver favores a la nación que siempre fue su aliado en la sombra. 

Ojo que de todo esto hay pruebas testimonios y documentos. Uno de ellos del historiador inglés Sir Clement Markham, quien escribió cientos de páginas de aquella bestialidad, con apoyo inglés. Para Markham, "el pueblo peruano, más allá de su quebranto, con seguridad se levantará de las ruinas. En cambio lo que Chile obtuvo por la fuerza del despojo le será siempre nociva. Cualquier heroísmo que pudieran haber derrochado los chilenos se devaluó con aquella sangrienta e ignominiosa ocupación que el Perú jamás olvidará".

La guerra de 1879-1883, de Chile contra Perú y Bolivia fue preparada en efecto por Inglaterra en apoyo a sus empresas o Casas Gibbs y North, que fueron las beneficiarias en la explotación del salitre arrebatado a peruanos y bolivianos. 

Como colofón, queda algunas de las frases del gran escritor y político peruano Manuel Gonzáles Prada (1848-1918). "La mano brutal de Chile despedazó nuestra carne y machacó nuestros huesos; pero los verdaderos vencedores, las armas del enemigo, fueron nuestra ignorancia y nuestro espíritu de servidumbre. Cuando tengamos pueblo sin espíritu de servidumbre, y militares y políticos a la altura del siglo, recuperaremos Arica y Tacna... entonces solo entonces marcharemos sobre Iquique y Tarapacá, daremos el golpe decisivo, primero y último".

*Francisco Bolognesi era un viejo coronel que aun sabiendo que había sido abandonada la ciudad de Arica por el Gobierno Central del dictador Nicolás de Piérola; decidió entregar la plaza pero dejando la vida en ello. Todos sus hombres lo secundaron. Fueron traicionados pero más pudo su coraje y amor al Perú. Las fuerzas del Jefe del II Ejército del Sur, al mando del inefable Coronel Leiva jamás llegaron al auxilio oportuno, y por el contrario marcharon rumbo a Lima. Los dejaron morir a nuestros soldados, y así perdimos Arica. 

Luego no supimos hacer respetar el Tratado de Ancón, y aún hoy hay idiotas que creen que "ganamos" mar a Chile y que ellos cumplirán cual autómatas de un reloj, la decisión poco acertada de La Haya.  “¡Apure Leiva! Todavía es posible hacer mayor estrago en el enemigo victorioso. Arica no se rinde y resistirá ¡hasta el último sacrificio!”... así telegrafió Bolognesi a uno de los muchos felones que tuvimos en dicha guerra orquestada por los ingleses.