Tropas chilenas en Arica junto a cañones peruanos.
Aún hay millones de peruanos que ignoran que perdimos la
guerra ante Chile, no solo por la traición de verdaderos infelices como Nicolás
de Piérola, o Miguel Iglesias; sino también porque el grueso de la sociedad
peruana de ese entonces se dedicó a una bonanza absurda, desoyendo la
advertencia del gran Mariscal Ramón Castilla -si Chile compra un barco, el Perú
debe comprar dos- para literalmente licenciar a nuestra Marina y Ejército.
Mientras el gobierno chileno por lo bajo, ya negociaba con Inglaterra las armas
y buques con los que nos dieron una verdadera paliza.
Aunque si juzgamos el tiempo prolongado de la confrontación,
podemos convenir que les salió también caro el capricho de quitarnos territorio
-lo único real que ganaron- y el guano y salitre que posteriormente
usufructuaron los ingleses. Cuando en 1982 estalló la infausta Guerra de Las
Malvinas, el gobierno chileno debió devolver favores a la nación que siempre
fue su aliado en la sombra.
Ojo que de todo esto hay pruebas testimonios y documentos.
Uno de ellos del historiador inglés Sir Clement Markham, quien escribió cientos
de páginas de aquella bestialidad, con apoyo inglés. Para Markham,
"el pueblo peruano, más allá de su quebranto, con seguridad se levantará
de las ruinas. En cambio lo que Chile obtuvo por la fuerza del despojo le será
siempre nociva. Cualquier heroísmo que pudieran haber derrochado los chilenos
se devaluó con aquella sangrienta e ignominiosa ocupación que el Perú jamás
olvidará".
La guerra de 1879-1883, de Chile contra Perú y Bolivia fue
preparada en efecto por Inglaterra en apoyo a sus empresas o Casas Gibbs y
North, que fueron las beneficiarias en la explotación del salitre arrebatado a
peruanos y bolivianos.
Como colofón, queda algunas de las frases del gran escritor y
político peruano Manuel Gonzáles Prada (1848-1918). "La mano brutal de
Chile despedazó nuestra carne y machacó nuestros huesos; pero los verdaderos
vencedores, las armas del enemigo, fueron nuestra ignorancia y nuestro espíritu
de servidumbre. Cuando tengamos pueblo sin espíritu de servidumbre, y militares
y políticos a la altura del siglo, recuperaremos Arica y Tacna... entonces solo
entonces marcharemos sobre Iquique y Tarapacá, daremos el golpe decisivo,
primero y último".
*Francisco Bolognesi era un viejo coronel que aun sabiendo
que había sido abandonada la ciudad de Arica por el Gobierno Central del
dictador Nicolás de Piérola; decidió entregar la plaza pero dejando la vida en
ello. Todos sus hombres lo secundaron. Fueron traicionados pero más pudo su
coraje y amor al Perú. Las fuerzas del Jefe del II Ejército del Sur, al mando
del inefable Coronel Leiva jamás llegaron al auxilio oportuno, y por el
contrario marcharon rumbo a Lima. Los dejaron morir a nuestros soldados, y así
perdimos Arica.
Luego no supimos hacer respetar el Tratado de Ancón, y aún
hoy hay idiotas que creen que "ganamos" mar a Chile y que ellos
cumplirán cual autómatas de un reloj, la decisión poco acertada de La Haya.
“¡Apure Leiva! Todavía es posible hacer mayor estrago en el enemigo
victorioso. Arica no se rinde y resistirá ¡hasta el último sacrificio!”... así
telegrafió Bolognesi a uno de los muchos felones que tuvimos en dicha guerra
orquestada por los ingleses.