Se acaba el 2014, y una vez más cual insufrible letanía,
los peruanos debemos de soportar los despropósitos de nuestros gobiernos de
turno. Esta vez como cierre “perfecto” a su pésima gestión, el gobierno del
presidente Ollanta Humala, logró que se materialice la Ley Nº 30288, cuyo nombre completo es: Ley de promoción y acceso de
Jóvenes al Mercado Laboral y a la Protección Social.
Todo un nombre pomposo, que
esconde mucho, y aclara poco. Eso sí de gran impacto mediático. Bastaría
indicar, que recibió rápidamente el apelativo de Ley Pulpín. Ahora muchos se
han preguntado, porqué tal nombrecito.
Como se recordará, hace unos
años a los pequeños de los primeros años de colegio, se les apodó Pulpín, dado
que la gran mayoría portaba en sus loncheras, unas cajitas coloridas con néctar
de fruta llamado Pulp. Su slogan era: “Todo el día Pulp”.
Y bueno, es claro que a los
chiquitines se les puede manipular por ser más indefensos. Eso llevado a la
coyuntura actual, nos dio como resultado un raro símil que quedó como Ley
Pulpín, que fue aprobada el 11 de diciembre último; y promulgada el 16 de este mes, con 68 votos a favor, 12
en contra y 11 abstenciones.
De inmediato esta nueva norma,
generó rechazo casi unánime. Se han registrado ya varias marchas de protesta,
algunas de ellas con actos violentos muy marcados. La ola de actos en busca de
la derogatoria de la Ley Pulpín, han puesto en alarma al gobierno de Ollanta
Humala, que ve peligrar así la estabilidad de su mandato, tan venido a menos.
Cabe precisar, que esta ley busca
crear un régimen laboral especial para
jóvenes entre los 18 y 24 años de edad, con el objetivo –en el papel- de
formalizar el empleo juvenil. Sin embargo, está claro que los grandes
beneficiados en lo tributario serán las empresas, pues les reduce los costos
laborales a los empleadores; aunque recorta los beneficios laborales a los
jóvenes.
Entre los grandes defensores de la ley, como era de
suponer son el mismo Ollanta, su esposa Nadine Heredia (qué novedad), el
ministro del Interior, Daniel Urresti que más parece “Figuresti”; y la bancada
fujimorista, donde el congresista Carlos Tubino, tuvo una desafortunada
opinión, al escribir un tweet por demás fuera de lugar.
Cabe señalar, que el ministro de
Trabajo, Fredy Otárola, a su turno, indicó que “toda ley es perfectible”. Así
terminamos el año 2014 los peruanos. Hay Pulp o Pulpín para todos.
Esos sí si
quiere quejarse y salir a las calles, no cometa el sacrilegio de ir con
zapatillas adidas, puma, nike y demás. Póngase unas rotitas marca “acme” y fin.
A mal tiempo… buena cara. Y a la Ley Pulpín viejas tabas.