Judíos sefardíes recibirán la nacionalidad española (foto: Infografía).
Justicia tardía. Tras 522 años
transcurridos, el Congreso de España, estudia resarcir los derechos a tener la
nacionalidad española a los descendientes de aquellos judíos sefardíes que
fueron expulsados de la península ibérica en 1492 por orden del rey católico
Fernando II de Aragón. Por ello una lista de 5 mil
220 apellidos y nombres de origen judío fueron publicados por el Gobierno
español tras más de cinco
siglos de no ser reconocidos por sus raíces.
De momento el Parlamento español comenzó el análisis para devolver
la ciudadanía a los descendientes que acrediten tener dichos apellidos vivan o
no en España, pudiendo así acreditar su doble
nacionalidad; sin tener que renunciar a
otro pasaporte. Para ello, el artículo 23 del Código Civil español se
modificará beneficiando así a “aquellos ciudadanos extranjeros
sefardíes que prueben dicha condición y su especial vinculación con nuestro
país, aunque no tengan residencia legal en España, cualquiera sea su ideología,
religión o creencias”, así informaron fuentes oficiales españolas.
LOS SEFARDÍES EN LA IBERIA
La historia, indica que la expulsión de los judíos de
España se dio en 1492 (por decreto de los Reyes Católicos), y constituyó todo
un acontecimiento de enorme significación tanto para aquellos que fueron
obligados a salir de la península ibérica, como para la sociedad española en su
conjunto. Tras la puesta en marcha del Decreto de Expulsión, a los judíos
se vieron envueltos en un dilema.
Pues si decidían quedarse, debían convertirse al catolicismo, renunciar a las creencias y tradiciones y estar bajo la amenaza peremne del tribunal de la Santa Inquisición, pudiendo ser en cualquier momento juzgados y sometidos a tortura y ejecución.
Pues si decidían quedarse, debían convertirse al catolicismo, renunciar a las creencias y tradiciones y estar bajo la amenaza peremne del tribunal de la Santa Inquisición, pudiendo ser en cualquier momento juzgados y sometidos a tortura y ejecución.
Todo
ello se dio, porque por aquellos años se buscó unificar el reino de España bajo
un solo reino católico, formando así una perfecta teocracia defensora a
ultranza de la llamada "fe católica". Un hecho que causó alarma en el
seno del clero de los reyes españoles, radicó en la fe tan fuerte que
profesaban abiertamente los judíos.
Esto alertó a los obispos católicos quienes tuvieron temor de perder su hegemonía con otra fe rival. En ciernes, vieron a los rabinos y sus seguidores, como una eventual amenaza y por eso los expulsaron. A ello se sumó -posteriormente- la explosión del Protestantismo del germano Martín Lutero.
Esto alertó a los obispos católicos quienes tuvieron temor de perder su hegemonía con otra fe rival. En ciernes, vieron a los rabinos y sus seguidores, como una eventual amenaza y por eso los expulsaron. A ello se sumó -posteriormente- la explosión del Protestantismo del germano Martín Lutero.
No obstante, es perentorio señalar que en los años
previos a su salida, los judíos sefarditas cuya lengua se llamaba "ladino";
prosperaron y crearon una cultura muy fuerte. Incluso crearon estilos de
literatura, música y arte que constituyeron mezclas únicas de la cultura de
España en aquellos años. También es interesante indicar, que
existe evidencia física de la presencia de los judíos en Iberia ya en el
tercer siglo -es probable que empezaron a llegar con los romanos-. dedicándose
a la agricultura y al comercio.
Bajo el gobierno romano, los judíos aunque tolerados,
no podían poseer ni tierra ni casas. Pero en el 409 al conquistar los visigodos
a los romanos; los judíos empezaron a sufrir persecuciones. Aunque
felizmente para ellos al llegar los moros en el 711, y conquistar ellos a
los visigodos en 712, empezó un ambiente tolerable para los judíos. Así aceptados
en el gobierno árabe, los judíos ganaron dinero, construyeron sinagogas, y
fortificaron su cultura y religión; siendo incluidos en la sociedad mora de
Al-Andalus.
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