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martes, 1 de septiembre de 2009

"Chorri" Palacios: historia de un gol



El "Chorri" en la celebración de su gol...abajo un titular de la revista Once acerca de esa noche gloriosa ante los uruguayos

Nuestra sufrida hinchada merece respeto...esperemos que se de un milagro ante los "Charrúas"

Estadio Nacional de Lima, miércoles 10 de septiembre de 1997. El reloj marca algo más de las 8 de la noche, y el señor de al lado me dice casi iracundo: ¡Ese Oblitas es un argollero no sabe nada…porqué lo tiene a Maestri de titular sino hace nada! No llego ni a responderle y escucho a un chico casi de mi edad que grita una impronunciable grosería en contra de los jugadores nuestros. No recuerdo el minuto exacto pero creo que iban unos 15 del segundo tiempo y Perú caía 0-1 ante Uruguay, y con ello nuestras posibilidades de clasificar a Francia 98 se derrumbaban cual enorme castillo de naipes. 

En eso el “Chino” Pereda hace una “pared” con el “Chorri” Palacios, éste amaga entre dos volantes uruguayos, y cuando todos esperan que entre en diagonal, el pequeño y habilidoso mediocampista sin pisar el cajón grande enfiló un potente derechazo que hizo estéril la volada del guardameta Robert Siboldi…todo ello en el arco sur de nuestro vetusto primer escenario. Todo eso se resume en una sola palabra con adjetivo calificativo de por medio: golazo.


La previa al paroxismo


Yo había llegado tarde al estadio, porque me animé a último momento era un miércoles 10 se setiembre de 1997, y lo que me hizo decidirme era el saber que Chile había caído en el mismo Santiago ante Argentina, con un triunfo teníamos medio boleto en mano para el mundial galo. 

No hice cola porque cuando llegué ya había comenzado la brega, eso sí caminé desde la cuadra 1 de la Arequipa, porque el pase vehicular estaba cerrado, el José Díaz era un hervidero que retumbaba al grito estruendoso del ¡Arriba Perú! Ese estribillo que alguna vez hizo que nuestra casa sea respetada, el mismo que hizo temblar a argentinos, uruguayos, colombianos, chilenos y otros que antes nos miraban con respeto, y que hoy nos miran como quien le da una ojeada a una alimaña, pero eso es otro cuento. 

La baja de Julinho ante Uruguay, sumada a la ausencia del capitán Juan Reynoso, eran noticia en ese momento, y pocos confiaban en el aporte ofensivo de Flavio Maestri para esa noche. Nada más errado porque el “Tanque” jugó ese día con el overol al pecho. 

José Soto se complementó con Manuel Marengo en la zaga, y el cuadro peruano si bien se fue al descanso con el marcador en contra, había pisado con peligro el arco visitante. Cuando se dio el gol del “Chorri”, pasó algo que no pude descifrar en ese momento tan confuso como divino. Para empezar literalmente el estadio se vino abajo, fue tal el grito de gol, que en serio me invadió una agradable sordera. 

No puedo olvidar al señor sentado a mi lado, sí el mismo que minutos antes se había quejado del planteamientito del “Ciego”. El buen hombre mirando al cielo gritó por espacio de casi cinco minutos aquel gol (lo cronometré reloj en mano)…en eso alguien me abraza y juraría que instintivamente me llevé las manos a los ojos, alguna humedad amenazó con aflorar…algo similar me tocaría ver seis años después, cuando en Arequipa el paraguayo Carlos Lugo vencía el arco del River Plate y con ello le daba el título de campeón de la Copa Nissan Sudamericana al Cienciano del Cusco. 

El final del cotejo ante los dirigidos en ese entonces por el recordado Roque Gastón Máspoli todos lo conocen. Se ganó 2-1 (Germán Carty nos dio la cereza que faltaba al pastel) y en ese momento, nadie reparó en que era la primera vez que en Lima se derrotaba a los de Montevideo.

Mas de una década ha transcurrido, y ese equipo del “Ciego” Oblitas con todas sus limitaciones era un verdadero equipo (un grupo compacto de obreros), sí eso que la oncena de Chemo no podrá ser jamás. Me pongo a pensar que dentro de todo soy un privilegiado, porque vi por última vez a un elenco patrio jugar de igual a igual ante los de la escuadra oriental del Uruguay. 


  
Aquella noche llegué a mi casa ronco más que de costumbre porque si el primero casi ni lo grité por todo lo que rodeó su concepción, el segundo si me agarró personificando de modo exitoso a un hincha de tribuna que deja todo por ir a ver a su selección. Esa noche los peruanos nos fuimos a dormir pensando en francés, para decirlo de modo directo, tuvimos un bon rêve.

Y es que como bien dicen los que saben, el fútbol es el más completo de todos los deportes, por algo es el “Rey”. El fútbol es el único capaz de hacer feliz a todo un país tras 90 minutos de juego. “El fútbol es alegría, es arte y es divino”, expuso alguna vez el “Flaco” Cesar Luis Menotti. Yo no sé cual fue primero: ¿la alegría o el fútbol? No importa el orden le aplico la propiedad conmutativa y ya está. 

Si los nuestros anotan ante los uruguayos este sábado, habrán quebrado una sequía de goles que data desde hace casi doce años. Si se gana servirá para sumar sólo tres puntos que nada cambiarán la pésima campaña de Perú en estas eliminatorias. 



Antes del comienzo de éstas había expresado por las ondas de Radio Ovación que no teníamos opción alguna de llegar a Sudáfrica, pero tampoco pensé que haríamos un papelón tan horrendo como el cumplido. 
Ganarle a Chile en Lima y hacer lo propio con Colombia y Uruguay estaba dentro de mis cálculos. A Ecuador no lo puse en esos optimistas números porque sigue siendo nuestra “bestia negra”. El día que volvamos a ganarles creo que daremos el primer paso para pensar en serio que podemos ser mundialistas.

Sigamos soñando, sólo eso porque tampoco estaremos en Brasil 2014, pero si traemos a un técnico de nivel, alguien que trabaje no 24 sino 25 horas, y convocamos a jugadores hambrientos por enfundarse la blanquirroja, estoy convencido que mínimo peleamos el repechaje. 

Por ahora somos y seguiremos siendo la peor expresión futbolista de la Conmebol. Las razones de ello tienen su génesis en taras que datan de muchos años atrás, la principal de ellas es que tenemos un campeonato mediocre, realmente malo y la desatención a las divisiones menores es alarmante, sumado a clubes informales y dirigentes peseteros hinchas acérrimos del “perro muerto” y técnicos muchos sin real capacidad. Son sólo algunos de los actores principales de todo este gran fracaso, que nos hace siempre recordar que España 92 fue ayer y no me acuerdo, o quizás sí total fue apenas sólo hace 27 años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mostro ah que tal historia bien bellaca como decimos en colombia ustedes jugaban bien no se entiende que les sucede ojalá retomen su juego de antes para que vayan al mundial

ARRIBA COLOMBIA...un seguidor Jairo A.