Alto al genocida

"Salvo el poder...todo es ilusión". La frase le pertenece a Abimael Guzmán Reinoso, llamado por sus afiebrados seguidores "Presidente Gonzalo". Pues bien el hombre que es el partero y hacedor de ese monstruo llamado Sendero Luminoso, facción terrorista que en los años 80 e inicios de los 90 sembró el terror en todo el Perú; acaba de escribir un libro cuyo título es "De Puño y Letra".

 

Lo condenable, o lo execrable para usar un término más acorde, estriba en que dicha publicación está ya a la venta sin veto alguno, como si se tratara de una obra digna de ser leída; olvidándose así que el autor es un condenado a cadena perpetua por su incontables crímenes de lesa humanidad.

A esta hiena (léase Abimael) con el perdón de esos animales, se le debe parar en seco. Su avanzada edad no es óbice para olvidar toda la secuela de horror que tuvimos que soportar los peruanos a causa de su delirio de poder, que sólo trajo como consecuencia muertes y más muertes que aún siguen impunes.

Un amigo mío que por motivos de trabajo vive ahora en Ayacucho me relata que en ocasiones cuando la oscuridad de la noche reina, y la neblina asoma cual espectro, se pueden escuchar los ayes de almas en pena que no pueden encontrar descanso, almas de humildes campesinos, de niños, y ancianos...almas que lloran que piden justicia, mientras a lo mejor algún enano mental adquiere ese librejo que sólo contiene apología pura al terorismo.

Como es sabido, Guzmán Reinoso como parte de su enfermiza "lucha armada", realizó su primer acto terrorista el 17 de mayo de 1980; y fue capturado un sábado 12 de setiembre de 1992. Es decir, unos 12 años actuando en la clandestinidad del modo más vil, editando ahora un libro que es una cachetada al corazón de los peruanos de bien, que anhelan la paz y tratar de olvidar todo el daño que tan infame personaje le hizo a nuestra nación. Sus ideas arcaicas y carentes de todo fundamento deben de ser erradicadas desde sus cimientos. Que la hoz y el martillo sean enterradas por siempre. Así sea.